
La paleta de colores
Aún que parezca un tema muy básico en la ilustración, la paleta de colores es algo que muchas veces me da dolores de cabeza. Todo me parece mucho más fácil a blanco y negro y cuando tengo que elegir una paleta para un trabajo acabo por recurrir a los colores más básicos, a los pigmentos que ya tengo en mi caja de acuarelas. Quiero ir más allá. Así que junté aqui tres notitas que quiero recordar siempre que empiezo un proyecto nuevo.
1. CHULETA DE COLORES
Para trabajar un poco este problema he decidido hacerme una «chuleta» de colores.
Elegi los principales pigmentos que tengo en pastilla y tubo, en este caso fueron 14. Diseñé una tabla (14 filas y 14 columnas) y pinté el resultado de todos esos pigmentos mezclados entre si, variando la cantidad de uno y otro cada vez que la combinación se repetía.

Ahora, cada vez que tengo que elegir una paleta de colores, miro esta chuleta, no para elegir directamente uno de ellos, pero me sirve de guía para saber qué tipo de mezcla me serviría para encontrar cierto color, y cuales combinan mejor entre sí.
Es importante buscar y descubrir otros colores más allá de los que hemos comprado. Mezclar y buscar diferentes matices, una paleta propia que hace que la ilustración sea mucho más personal y rica. A medida que vamos pintando, vamos descubriendo que hay ciertos colores que nos gustan más, ciertas paletas que vamos repitiendo, y que después nos ayudarán a definir nuestro propio estilo artístico (cosa que yo todavía tengo mucho que trabajar!).
2. CONTEXTO DE LA ILUSTRACIÓN
Hay errores que suelo cometer muchas veces: pintar el cielo de azul, el césped de verde, las fresas de rojo… pero no siempre el cielo es azul, ni el césped verde, ni las fresas son rojas.
Los colores son diferentes dependiendo de la luz y la hora del día, del lugar donde se encuentran, del ambiente, de la temperatura, dependen de las emociones que queremos trasmitir…
Antes de pintar el kiwi verde, la mandarina naranja y los arándanos violeta (ilustración de la izquierda) quizás podemos explorar un poco los colores para darles, por ejemplo, una emoción, una temperatura, un ambiente… (ilustración de la derecha, todo está envuelto por una luz roja). Los elementos ganan así un contexto común.


3. MENOS ES MÁS
Otro error que cometo más veces de lo que me gustaría, es usar demasiados colores en una misma ilustración. Hay ilustraciones con muchos colores y eso, en si mismo, no es un error cuando está justificado. Pero cuando quiero crear un cierto ambiente o cohesión entre los elementos de una ilustración (o varias): menos es más (aquella frase que ya hemos escuchado mil veces pero que ni siempre es correcta. En este caso creo que si).
En el álbum ilustrado «El Cuenco de Viri», aparte de uno u otro detalle, todas las 12 ilustraciones están basadas en la misma paleta de 4 colores.


La paleta de colores es un tema del cual hay muchísimo de que hablar. Espero que estos tres apuntes os ayuden tanto a vosotros como me van a ayudar a mí. Porque estas cosas hay que repetirlas una y otra vez hasta que salgan de una forma más intuitiva.