Cuando hablamos de libro infantil también hablamos, inevitablemente, de ilustración. Quizás la primera idea que nos viene a la mente son los álbumes y libros de cuentos y fantasía que leemos de pequeños, y quizás pasa desapercibido toda una parte importantísima de la literatura infantil y juvenil… esa mismo!: la divulgación de la ciencia y los libros no-ficción.

La ilustración científica, en su sentido más puro, es una herramienta importante para el estudio y documentación del conocimiento humano, pero una parte muy grande de nuestro trabajo es también ilustrar para la divulgación de la ciencia dirigida al público general de todas las franjas etarias. El publico infantil y juvenil merece especial atención en este sentido ya que se encuentra precisamente en la fase más importante de desarrollo cognitivo y aprendizaje. Es a ellos que se dirige una gran parte de las publicaciones de divulgación científica y, por eso, creo que como ilustradores con una metodología especializada para comunicar la ciencia, podemos aportar mucho valor y rigor a estas publicaciones. Tanto las editoras como los lectores reconocerán esa calidad.

En nuestro caso, podemos imaginar que si tenemos casi exclusivamente un estilo de ilustración muy realista y detallado, no tendremos muchas oportunidades de encontrar posibles clientes en una feria de libro infantil. Pero en realidad, los libros de no-ficción en LIJ se adaptan a todos los estilos de ilustración (más realista, o más diagramático, o caricaturizado), según la temática que tratan, el uso del libro, o el mensaje que se pretende transmitir.

El año pasado me he arremangado y he decidido ir en 2023 por primera vez a la Feria internacional del Libro Infantil de Bolonia. Una de las mayores y más importantes ferias de compra y venta de derechos de libros, exclusivamente dedicados a los lectores más jóvenes. Con la misión de inspirarme, conocer ilustradores y editoras, promover los libros que he ilustrado, asistir a charlas, ver qué es lo que se cocina (y cómo) en los libros de divulgación científica alrededor del mundo y, claro, intentar abrir mi camino a proyectos y clientes internacionales.

Consciente de que conocía muy poco sobre la feria y que quería aprovechar al máximo el viaje, una de las primeras y mejores decisiones que he tomado fue apuntarme al curso “A Bolonia vas” de Ilustrando Dudas. Ío Bru nos hizo las mejores recomendaciones y nos ayudó a hacer todos los preparativos para conseguir el mayor provecho de este momento de networking. Además, formamos un fantástico grupo de ilustradores que como yo, asistían a la feria por primera vez. Nos servimos de apoyo moral, compartimos experiencias (buenas y malas!). En el viaje me acompañaron la librera Sofía (librería Faz de Conto, en Coimbra, Portugal) y el dibujante portugués de cómic científico André Caetano. Y de esta forma, la aventura no se hizo tan solitaria.

Preparativos:

– He diseñado mi portfolio en PDF con especial cuidado de destacar los proyectos de divulgación científica dirigidos a los más pequeños.

– He diseñado material de auto-promoción: tarjetas de visita, mini-portfolios en forma de postal y un tote-bag para llevarlo todo (este ha ayudado mucho a llamar la atención!)

– Posters para pegar en el muro de los ilustradores

– Con antelación, he creado mi base de datos de agencias y editoriales de LIJ con libros de no-ficción en su catálogo, con quién contacté para solicitar una entrevista en persona durante la feria, en el caso de estar interesados en mi trabajo (he conseguido 3 entrevistas!)

En la feria:

El muro de ilustradores:

– Es un lugar especial, que ocupa varios pasillos a la entrada de la feria, destinado a llenarse de pósters, postales y tarjetas de contacto de las centenas de ilustradores que acuden a la feria y quieren dar a conocer su portfolio. ¡¡¡Se llena muy rápido!!! Yo llegué unos minutos después de la apertura de la feria (en el primer día) y apenas encontré un lugar a la altura de las rodillas para colocar mis posters (DIN A3) y cajitas de tarjetas. A pesar de ello, durante esos días vi incrementar el numero de seguidores y mensajes directos en mis RRSS. Por estos pasillos pasan todos aquellos que entran y salen de la feria, y es donde muchos editores echan un ojo para encontrar nuevos ilustradores para sus proyectos.

Portfolio reviews:

– El stand “Illustrator Survival Corner” organiza revisiones de portfolio (hay que reservar cita previamente). Durante 8 min./persona podemos enseñar nuestro trabajo y obtener feedback de ilustradores profesionales, que nos dan sus mejores consejos.

– Durante todos los días de la feria, varias editoriales organizan revisiones de portfolio durante un par de horas (5 min./ persona), para encontrar nuevos ilustradores con quién trabajar. Sin cita previa, por ello hay que llegar con tiempo y casi siempre esperar en largas colas. Tenemos que ser conscientes de dónde gastamos nuestro tiempo, y si vamos a hacer una cola, estar seguros de que nuestro portfolio encaja en el estilo de publicaciones de esa editorial.

Inspirarse y explorar la feria:

Había varias cosas que buscaba al recoger todas las salas y stands de la feria:

– Inspirarme con el trabajo de otros ilustradores: con sus técnicas, estilos, texturas, paletas de color, formas originales de representar o caricaturizar personas conocidas, plantas, animales, anatomía…

– Conocer qué editoriales tenían sección de libros de no-ficción y pedir para hablar con la editora o directora de arte, para enseñarle mi trabajo. De no ser posible, pedirles sus datos para contactar más tarde por email.

– En los libros de no-ficción buscaba saber si se usaba más el dibujo de estilo realista o el dibujo más infantil y diagramático (en que temáticas y edades se aplicaba más uno u otro)

– Qué libros de no-ficción eran los más traducidos y por ello los que tenían más éxito a nivel internacional

– Conocer obras e ilustradores premiados y analizar su trabajo.

– Como se adaptan los contenidos de no-ficción (texto e ilustración) a los diferentes rangos de edades

– Formatos y materiales originales (tipos de papel, colores especiales, troquelados, formatos de libro fuera de lo normal…)

Promover el trabajo hecho:

– He llevado conmigo una muestra de mis libros publicados y he aprovechado todos los encuentros y entrevistas para enseñarlos y preguntar si había interés en la compra de los derechos internacionales.

– Asociaciones profesionales de ilustradores, como APIC, tenían su stand en la feria y promovían los libros y portfolios de sus socios. De esta forma también he obtenido el contacto de editoriales interesadas.

Masterclasses y Workshops:

Charlas, talleres, presentaciones, entrevistas… ocurren a todas las horas y de todos tipos, ya sean dirigidas a los ilustradores, editores, libreros, traductores…

– Hubo un particular hincapié en las conferencias sobre el impacto de las Inteligencias Artificiales en el trabajo de los autores y traductores.

– Otras que me parecieron interesantes sobre: las claves para encontrar el estilo personal, la relación entre el ilustrador y el agente, la visualización de datos en los libros de no-ficción, el libro de no-ficción como instrumento educativo…

Exposiciones y eventos:

– Las exposiciones de libros e ilustradores premiados (que se organizan dentro de la feria y por toda la ciudad de Bolonia) son una oportunidad excelente para conocer y estudiar los aspectos que más se valoran en la LIJ

– Una exposición en la cual me podría haber quedado días enteros, llamada “Beauty and the world” reunía en la biblioteca Salaborsa (en el centro de la ciudad) a más de 600 libros de no-ficción cuidadosamente seleccionados, fue sin duda inspirador.

– La feria es el lugar para reunir en persona a todos los colegas profesionales que están por todas las partes del mundo, es por eso la oportunidad de celebrar la ocasión. Al final del día es común que se organicen pequeñas fiestas en los stands de las editoriales o, fuera en la ciudad, hay cenas de ilustradores y podemos unirnos (con invitación) a algunas celebraciones, conocer colegas y editores en el “modo fiesta” y desarrollar nuevas relaciones.

Post-feria:

Ahora es el momento de:

– Aprovechar todo lo que he aprendido, madurarlo y aplicarlo en mi trabajo.

– Enviar emails a todas las editoriales que se mostraron interesadas en mi portfolio y dar seguimiento a esas nuevas relaciones profesionales.

– Presentarme a todas aquellas editoriales que descubrí en la feria y en las cuales siento que mi trabajo puede encajar (conviene esperar un par de meses antes de hacerlo, porque en el pos-feria los editores estarán desbordados de emails y trabajo pendiente).

– Seguir en contacto con todas las personas maravillosas que he conocido en este viaje, con la promesa de volver a verlas en otras ediciones de la feria.

Conclusiones:

– Aprovechar estas ferias para presentarse en persona y dar a conocer cómo eres y cómo te comportas, y no solo lo que haces, provoca mucho más impacto y da mucha más confianza a la hora de empezar una relación con una editora, director de arte o cliente. He conseguido entrevistas y contactos con editoriales que antes me habían descartado por email.

– Como ilustradores profesionales, aquellos que tenemos una especialización en divulgación científica, no-ficción y visualización de datos somos una minoría en la LIJ, sin embargo es una parte importante del catalogo de las editoriales. Por eso, en la feria de Bolonia destacamos mucho más al enfocarnos en ese nicho.

– A pesar de tener muchas muestras de ilustración de divulgación con estilo más infantil, me di cuenta que a las editoriales les llamaba mucho la atención y mostraban interés en mi trabajo de ilustración científica de estilo más realista, y les gustaba mi capacidad de adaptar el estilo según la necesidad del proyecto.

– Dar a conocer mi formación en diseño gráfico y la capacidad de maquetar mi propia obra también generaba muchos puntos positivos durante las entrevistas. Quizás las editoriales no tienen proyectos para ofrecerte inmediatamente, pero si les ofreces la posibilidad de echar una mano en encargos de diseño gráfico es una forma de ir entrando en el equipo.

Ha valido mucho la pena y espero poder repetirlo siempre que pueda.